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- “Buen día papá, bendición. ¿Qué está haciendo, cómo está?

Es la pregunta sencilla que un hijo plantea a su padre en ese ejercicio cotidiano de extrañarse y de quererse.

Sin embargo, esta pregunta no tendrá respuesta por ahora, pues está dirigida al soldado profesional Jesús Albeiro Acosta Melo, secuestrado el pasado 6 de marzo en zona rural de Arauquita (Arauca) al parecer por integrantes de las disidencias de las Farc.

Conmueve el tono tierno de este niño de seis años que plantea una pregunta sin respuesta, mientras dure la dinámica infame del secuestro que se ha recrudecido por las acciones de las disidencias de las Farc y el ELN en los departamentos de Arauca, Norte de Santander, Santander, Guajira, Chocó, Antioquia, Cesar y Valle, principalmente.

Hace más de tres meses el niño y su hermanita de siete años empezaron a mandar mensajes a través de RCN Radio, luego que su madre les dijera que su papá había sido enviado de servicio a un lugar alejado en dónde no hay señal telefónica.

Pero su madre no pudo mantener la mentira por mucho tiempo y ahora que se han enterado que realmente su padre está en manos de las disidencias de las Farc, cada ocho días le envían mensajes de aliento y esperanza a través del programa radial La Noche de la Libertad.

- “Mi  mamá me dijo que está por allá donde no hay señal y que no va a venir a visitarme hasta que lo saquen de allá”, había dicho en un primer mensaje el pequeño, pero luego el tono y el carácter de los mensajes fue cambiando.

-“Mi mamita ya nos contó todo”, le dijo después la niña, tras lo cual le expresaba con un tono alegre que lo extraña, lo quiere mucho y desea que “salga pronto”.

La presencia de estos niños enviando mensajes en un programa para secuestrados recuerda la infamia cometida por la guerrilla de las Farc con el niño Johan Stiven, quien casi que desde que aprendió a hablar enviaba mensajes pidiendo la libertad de su padre, el sargento viceprimero Libio José Martínez, quien estuvo 14 años secuestrado y murió en cautiverio un 26 de noviembre del 2011.

Johan Stiven nunca pudo conocer a su padre pese a los clamores y como único recuerdo quedaron las cartas que Libio José le escribió en las selvas del sur del país y las imágenes contenidas en los videos enviados como prueba de supervivencia.

Ocho años después del triste desenlace de la historia de Johan Stiven y su padre, el drama se repite con estos dos menores de edad que se asoman con sus voces a ese programa de radio que, se supone, se acabaría tras la firma del proceso de paz, porque el secuestro iba a desaparecer.

Así como ocurrió durante más de dos décadas a través de programas como Las Voces del Secuestro, La Noche de la Libertad de RCN Radio y La Carrillera de las cinco en Antena Dos, cuando los familiares de los militares, policías, civiles y políticos secuestrados esperaban por horas para enviar los mensajes de aliento y esperanza, estos dos niños siguen clamando por el regreso del soldado Acosta Melo.

-“Hola papito lindo. Estoy orando mucho por usted, me estoy sacando buenas notas en el colegio, estoy quedando en terceros puestos y estoy ganando las evaluaciones”, dice la chiquita, como para no darle otras preocupaciones adicionales a su padre.

Y sigue hablando para que sienta que, a pesar de su secuestro, casi todas las cosas están bien por estos lados.

Todo está bien, excepto su ausencia.

-“Solo le pido a los señores que te tienen que no te hagan daño y que te liberen pronto para que puedas estar con nosotros”, señala con tono casi de súplica.

Dolorosamente se está repitiendo este capítulo ruin del secuestro y en estos programas se ha vuelto a pedir a las familias victimas que envíen mensajes “por si él nos está escuchando”.

En La Noche de la libertad esta niña le dice a su padre que confía en que “Dios mediante salga pronto”,  mientras el niño le dice que “todos los días oro por usted”.

Fuente

RCN Radio

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